miércoles, 9 de septiembre de 2009

Me faltan tus labios

¿Y cuándo hay que luchar?
¿dónde debo parar?
¿qué puedo hacer?
¿devería detenerme?

Las lecciones son muchas
entre los pasados
que hacen el presente
y procrean las dudas
los pasos que creeme
no serán en falso,
no hay manos falsas,
pero a todo el deseo
me faltan tus labios.

Y espero, camino,
enciendo un cigarro,
ahora de noche pienso;
cuido cada uno de tus sueños
y en las sombras te halago,
te duermes, te beso,
aún así me faltan tus labios.

Me miro en tus ojos,
cuido mis cosas,
ves por mi familia,
yo velo por ellos,
con precaución todo,
si es que vuelve a exitir algo:
aun así me faltan tus labios.

Darío Olguín

La primera vez

Hoy he despertado,
en un sentido figurado,
no te veo, pero te pienso,
curioso es que al buscarte,
me encuentras divagando
pero te alegras por que tú
también me pensabas.

Empezar a extrañarte
desde siempre me ha pasado
dejar que fluya el tiempo
para reencontrarte
en tiempos de vientos fieros
donde hay encuentros de vanidad,
de empedrados, de largas notas.

Todo como la primera vez;
viajando en subterraneo,
tomandote de la mano por la ciudad,
de conciertos extraños,
de noches de bohemia y pasiones,
de manos reconociendose,
de gustos parecidos en las calles,
de terminales de autobuses,
de promesas volviendo,
de tu de nuevo llegando,
de estar a tu lado,
de los primeros besos,
que dados por primera vez se recuerdan.

Y la rebeldía de un hola,
después de pensar tanto en ti,
del miedo al frío,
de pavor a los problemas,
hoy tu sola y yo igual
recordando como la primera vez
y planeando una serenata en el balcon
de una sola cancion
y las demas abrazado a ti
y cantandotelas al oido,
dejar que la noche y el día nos atrapen
nuevamente entre las miradas
y con ellas decirte, o quizá,
sí, mejor aún, decirnos:
quedate y ya,
no te dejes de mi,
llega a lo más cerquitita del círculo,
donde escuches los latidos de mi corazón,
donde nuestros alientos se confundan;
atrevernos a caminar más juntos,
día a día, noche con noche,
cerrar los ojos y ...
besarnos siempre
como si fuera la primera vez.

Darío Olguín

jueves, 3 de septiembre de 2009

De llegar

Hay una ciencia
de que pluma nueva, faltosa de tinta,
aun así, habría que probar
hasta donde de cierto lo es,
de lo que me dejaste
y aún así debo acotar tus olvidos
un par de cigarros y más tiempo
es lo que te venía en falta,
que mucho hiciste con llegar,
el folder, papeles y algo en que plasmar.

Las madrugadas de encierro y espera
son muy frías, tanto que queman,
música en lo lejos, no dormir,
que me lo he prohibido.

Caigo en la sospecha,
que necesitare alimentarme
que no sólo de letras se vive,
que no todo lo que se expresa, vive,
que cuando escribo, vivo,
que el interior de la página
es dejar el corazón en la borda,
dejar mis sentimientos en la deriva,
de cualquiera que pudiera leerme,
que me interprete diferente
pero siempre teniendo la razón.

Pudiere, entonces, de algún caso
la melodia sonar, no en su original,
sino darme tintes de nostalgía,
siempre en Sol por base,
en Mi por mente;
o en su defecto, tener por brazos
aquel ángel mío de guitarra
y sorprender en cada nota
que baja el volumén cuando hablo,
que las pausas son interesantes,
cuando hablo de mi
y de ti,
que quizá un día estaras.

Darío Olguín

Al vuelo

Apila las alas simple mortal
al vuelo vienen en mortaja
invierno-primavera
con una lujuria que antoja,
mi amigo el otoño se amilaga
al compás que el otoño
es el morir renacer
en el húmano, es feroz,
ó, que imita el caminar,
con la seda de un misil
y la cabeza de un telar.

Darío Olguín

Tiempo

Absurdas medidas huecas
esperando elevarse en viento
e ir de puerto en puerto
en busca de un amor,
sin condiciones, sin farolas,
sin restricciones, sin fronteras.

De tiempo en ratos, rotos;
fingir que uno es feliz
atrofia la cabeza, cabello;
para pensar en que vestir mañana,
obligando más una preocupación
de que dirán en lugar de que me pasa.

Empiezan a hablar,
como intentando el rezo,
ese que de tan prohibido
todo mundo conoce
y que nadie pronuncia bien.

Ahora lo cierto, incierto,
desierto de palabras magas,
trucos de semáforo desgastados,
encuentran el malabar de la derecha,
hace conciencia el payaso jefe
que navega astillado en burocracía,
no veo nada, prefiero la ceguez,
todo mundo blabea
pero nadie da cuenta
que nos perdemos de la vida
confiando la salud detrás de un escritorio.

Darío Olguín

Destinaje 3 (des-encuentros)

Y te miro, y me desvías,
te vuelvo a mirar
y ahora me desprecias,
este era el lugar, lástima no piensas igual que yo.

El destino de los encuentros
es demasiado caprichoso,
no se deja explicar a simple ciencia,
en primera vista solo nos ciega,
nos regala un instante, volteo,
de nuevo caigo y tu nada.

Dejas tu charla, te levantas,
recorres en minutos los pasillos
que hacen camino y conectan
con aquellos que nos regalaron la oportunidad
de mirarnos y pasarnos la miraada,
siempre quedas distante, distraida,
intranquila pero constante,
la noche comienza a madurar
casí nos atrapa a la mitad de ella
esa frescura loca de final-inicio de día.

Te acercas un poco más,
pero prefieres guiarte a la salida
a tomar un poco de aire
despejarte al inhalar de lo que ha pasado,
yo desde mi rincón no pierdo detalle
del paso de la gente y sus vidas,
inquieta ahora diriges tus pies
quedas ami espalda, esperandome,
esperandote, con la intriga
de quizá un hola se pronuncie solo,
fallamos, regresas, nosmiramos.

Darío Olguín

Destinaje 2

Y dimé ahora quien te sonrié
te dice MonaLisa y huye
un instante de fuero externo
con policias sin moral.

Y cuentamé que delirio tienes
si de puros huesos más modelo
de Posadas que de Botero
vienes siendo y exageras
que tu aliento aumenta
en noches de lluvia y sal.

Y explicame de la figura
con gavilanes y hierbas,
soles y estrellas fulguran
el cielo en mis ojos al mirar
tu sensible apariencia de pétalo,
en flores nocturnas y ensueños
que día a día me vienen quedando
como golpes de suerte y oscuridad;
como un trebol de 54 hojas
afiladas en acero para afeitar.

Quizá si, mi vida complice,
complicada de inicio a quien no me conoce
y tan simple como gotas de hielo
sudando en nubes de alergias
dispuestas a un grito y un trago de ron.

Y ahora si, es tiempo y vida
puedes explicarte las sensaciones
las horas bebidas y las ilusiones
que se comparten en noches de infiernos
que exhalan fuego en la boca
con el deseo prendido de ocasiones
fogata eterna de noches sin cielo,
me dejas, dejando esperando tu voz
-el teléfono-, tu sonrisa, tu olor,
mis recuerdos.

Darío Olguín

Destinaje 1

Todo viene despacio
desde que hemos nacido
hasta donde iremos llegando,
habrá grandes caminatas
y muy pequeños espacios.

Doleran los dedos de tanto escribir
se cansará la espalda de tanto esperar
-paciencia, reza al enfermo-
donde no hay agua con sed.

Millones de momentos se extravian esperando
viajes, letras, ciencias, excesos,
quiza alguien nacio precisamente
en este día, hora, minuto pero hace
muchos pero varios años,
puede que le toque coincidir conmigo,
cruzar miradas, varar destinos,
eso podría ocurrir
como millones de posibilidades más,
pero hoy no sucedera.

Hoy, si, tan peligroso el hoy,
lo único que puede ocurrir
es subir a piso, cuarto, cama,
esperar sin tiempo que las horas
se me regalen rápidas.

Me gusta estar sólo;
pero este lugar no se recomienda así,
sí es díficil estar dentro,
mucho más desesperanzador es el afuera
con la certidumbre que nada pasara,
la gente pasa una tras otra en emergencias,
pero nadie espera por mi.
Darío Olguín