miércoles, 4 de julio de 2007

Un beso en sabor lima limon

Me gustaba llegar a tu casa en domingo
verte despertar cuando terminaba el día
abrir la puerta y llegar al refri
sacar jugo del carton:
servir dos vasos y entrar al cuarto,
darte un beso con que despiertas
me regresas un abrazo
y yo sigo con el equilibrio propio
entre mis manos tu jugo y el mio
preparados a beberse.
Sabe quien la razon
por la cual siempre era de mango el carton
pero tus labios media hora despues eran
de un sabor sorprendente a lima-limon
que se quedaba en mi labios
que mi lengua regaba
al rededor de tu cuerpo
que mis dedos recorrian
como si fuera el ultimo suplicio en el universo.
Es tarde hay que ir a rentar una pelicula
cine de arte para mi, comedia romantica tu pedias,
siempre dos discos que nunca veiamos
recostados en tu cama, los dos controles
television en funcion de video
dividi encendido y leyendo el disco
ponias plei veiamos el inicio
mientras tus manos iniciaban a rodearme
poco y lentamente te recagabas en mi pecho
tus dedos hacian camino al final de mi playera
en un astuto movimiento, hacian que ella
estuviera ya en mi cuello
dos movimiento mas y desnudo quedaba el torso
pero yo que de inquieto siempre pecaba,
las manos decian adios a la pijama
la pelicula seguia su curso
y no habia mas discurso
que unas lenguas enredadas
y paseando por la inmensidad
de que nos recorrimos la piel hasta el hartazgo
sentir tu sabor
esconderme entre el bosque de tus piernas
mi loca boca que era amordazada
por la entrada brava y encarnada
que el gustaba que le mordisquiara
que el encantara que la besara
y que me entregaba de vez en vez
el jugo que mas te hacia despertar
mientras tu encima de mi
platicabas no se que tantas cosas
en el secreto que tu lengua
daba placenteramente a mi falo.
La pelicula en lo mas interesante
tu cabalgando en el climax,
la pelicula en el desenlace
tu de rodillas en la cama
pidiendo un poco mas
la pelicula finalizando
y tu y tus ojos verdes
fijos en mi viendome
entregandose tiernamente
besandome de una forma desenfrenada
arrancados en un gritos ambos llegabamos
a quedarnos empiernados
para ver los creditos de quien dirigio al final,
lo bueno de todo esto
es que me gustaban los domingos
mi niña de ojos verdes
cuando sin un centavo
te me entregabas
y mme regalabas el sabor
lima-limon de tus labios.

Darío Olguín