jueves, 3 de septiembre de 2009

Tiempo

Absurdas medidas huecas
esperando elevarse en viento
e ir de puerto en puerto
en busca de un amor,
sin condiciones, sin farolas,
sin restricciones, sin fronteras.

De tiempo en ratos, rotos;
fingir que uno es feliz
atrofia la cabeza, cabello;
para pensar en que vestir mañana,
obligando más una preocupación
de que dirán en lugar de que me pasa.

Empiezan a hablar,
como intentando el rezo,
ese que de tan prohibido
todo mundo conoce
y que nadie pronuncia bien.

Ahora lo cierto, incierto,
desierto de palabras magas,
trucos de semáforo desgastados,
encuentran el malabar de la derecha,
hace conciencia el payaso jefe
que navega astillado en burocracía,
no veo nada, prefiero la ceguez,
todo mundo blabea
pero nadie da cuenta
que nos perdemos de la vida
confiando la salud detrás de un escritorio.

Darío Olguín

No hay comentarios.: