Y seguia la tenebrosa
podredumbre de ser
estando en carne expuesta
con las codornices rondandome
y la tierra llamando
como kien clama
al hijo perdido
estando encontrado
entre dos limbos
y un mundo k no entiende
la manera de borrar
la roka de mar
k se disolvio alpie de montaña
cual reduccion
de imposibles
en serie creados
dibujando mil caricias
sin un amanecer prominente
sin una flor en mi cama
sin la calma de estar mal
sin el peso de estar bien
o la buena vida
sin la casa de los cuchillos
sin encontrar a su dueño
sin estar estando
conmigo en la voz
conmigo en la faz.
Darío Olguín
SABRAS QUE UN DIA REGRESAS, NUNCA TE ALEJARAS; AQUI SE PIERDE EL MIEDO AL MAS ALLA
lunes, 12 de septiembre de 2005
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